En el audiolibro Levántate y Anda, Facundo Cabral se muestra como tu hermano, y va directo a tu corazón y a tu mente.

En Levántate y Anda, Facundo te dice al oído más de lo que te podría decir en un libro escrito. Te lo cuenta con la palabra hablada; como Homero, que no escribió jamás, como no escribieron jamás los maestros de Cabral: Jesús, Buda, Mahoma…

Levántate y Anda está narrado a la manera de los contadores de los cuentos de las Mil y Una Noches, pero con una diferencia: es este cuento tú eres el protagonista.

Levántate y anda.

Deja la cama donde te duermes con la multitud y sal a caminar por ti mismo, es decir por lo único verdadero, es decir, por la vida.

Entonces, despierto, bendecirás a todos con tu alegría.

Deja la parasitaria tribuna y entra en la cancha a jugar tu partido.

Deja de complicarte y complicar.

Detente y comprobarás que el sentido de la vida está en ella misma.

Puedes llamar a cada cosa como quieras. Pero todas las cosas, principalmente las que ni vemos, ni siquiera sospechamos, conforman este luminoso misterio que llamamos vida.

Muchas son las cosas, pero una sola es la realidad.

Ábrete, Anímate…

Aprende de todo, pero ante todo de ti mismo.

Concéntrate en esto y te iluminarás, y esa serena alegría te llevará de estadío en estadío, siempre en ascenso espiritual, intelectual y material. Cantando, bailando y amando.

La alegría te hace sabio, nó las preguntas.

¿Desde cuando la obra tiene derecho a preguntar al creador?

Solo hace falta que te des cuenta de que eres parte del universo, entonces serás para ti y para los demás una constante inspiración. Entonces tu vivir será un arte. Y en lo más profundo de ti está la raíz de tanta belleza. Solo a partir de ti cada acto puede ser una totalidad, por eso no pidas más, vive más. Ese es el secreto de la riqueza.

Por eso no debes seguir a nadie como un huérfano, sino seguirte como un hombre, entonces comprenderás que para vivir mejor hay que ser mejor.

Vacíate constantemente, atento al momento presente, entonces las novedades serán constantes; es decir te enriquecerás constantemente, entonces tu espíritu volará.

Vacíate del pasado y te llenarás del presente, siempre rico cuando lo vives sin preconceptos. En el pasado te encierras con lo muerto, es una muralla que te separa de lo vivo.

Vacíate del pasado y volverás a ser un niño; es decir un ser abierto a todo, receptivo y por lo tanto en un constate juego.

Y el niño está liviano porque está libre de recuerdos y experiencias, porque no sabe nada; por eso goza todo, por eso todo lo excita, lo asombra…

Como el viejo no puede moverse porque sabe demasiado, porque recuerda demasiado, porque sus experiencias lo encadenan a sus preconceptos que lo privan de las novedades… Entonces no hay presente; por lo tanto no hay vida, porque la vida está en el ahora mismo…