[Voz Inés]
Que Amélie Nothomb es una exagerada, sus lectores ya lo sabíamos. Que es una excelente narradora de historias cortas y contundentes, también. En Ácido Sulfúrico (Anagrama, en castellano; Anagrama/Empúries, en catalán) hace gala de su doble habilidad: exagerar y narrar. En está novela, de apenas 140 páginas, nos deja bien retratados como espectadores de teleporquería.
Nothomb se inventa un programa televisivo que llega a la cota mítica del cien por cien de audiencia. Se trata de “Concentración”, la copia exacta de un campo nazi pero con una sola diferencia: hay cámaras que lo graban todo por deleite del telespectador. Se tortura, se hacen trabajos forzados, se escoge quien va a la muerte, se pasa hambre... Vaya, un escándalo de éxito irrenunciable. Naturalmente todos los bienpensantes se quejan de que exista un programa tan abominable. Naturalmente, nadie deja de mirarlo.
La escritora belga nos interpela con una pregunta bien clara: ¿Qué haríamos nosotros si se emitiera un programa como “Concentración”? ¿Apagaríamos la tele o lo miraríamos indignados? De hecho, la pregunta es: ¿Qué hacemos ante la teleporquería a la que ya estamos expuestos?
En la novela también encontramos las obsesiones habituales de Nothomb, como su relación con la comida, que ya se perfilaba con más precisión en Biografía del hambre, su novela anterior; o su manía de creerse dios, que ya veíamos en Metafísica de los tubos, para mí una de las mejores.
Quizá Ácido sulfúrico no es la mejor novela de Nothomb pero con ella pasa como con Woody Allen, no siempre está en un mismo nivel porqué es muy prolífica pero siempre se les detectan dos componentes que merecen la pena: el sentido del humor y una gran inteligencia.
Nothomb se inventa un programa televisivo que llega a la cota mítica del cien por cien de audiencia. Se trata de “Concentración”, la copia exacta de un campo nazi pero con una sola diferencia: hay cámaras que lo graban todo por deleite del telespectador. Se tortura, se hacen trabajos forzados, se escoge quien va a la muerte, se pasa hambre... Vaya, un escándalo de éxito irrenunciable. Naturalmente todos los bienpensantes se quejan de que exista un programa tan abominable. Naturalmente, nadie deja de mirarlo.
La escritora belga nos interpela con una pregunta bien clara: ¿Qué haríamos nosotros si se emitiera un programa como “Concentración”? ¿Apagaríamos la tele o lo miraríamos indignados? De hecho, la pregunta es: ¿Qué hacemos ante la teleporquería a la que ya estamos expuestos?
En la novela también encontramos las obsesiones habituales de Nothomb, como su relación con la comida, que ya se perfilaba con más precisión en Biografía del hambre, su novela anterior; o su manía de creerse dios, que ya veíamos en Metafísica de los tubos, para mí una de las mejores.
Quizá Ácido sulfúrico no es la mejor novela de Nothomb pero con ella pasa como con Woody Allen, no siempre está en un mismo nivel porqué es muy prolífica pero siempre se les detectan dos componentes que merecen la pena: el sentido del humor y una gran inteligencia.
Duración: 2 horas 39 minutos.
Formato: Mp3
Bitrate: 48 Kbps, 22 Khz
Tamaño: 54 Mb
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