a madre ahora 
Mario Benedetti 

Doce años atrás / cuanto tuve que irme/ dejé a mi madre/ junto a la ventana/ mirando la avenida/ ahora la recobro/ sólo con un bastón de diferencia/ en doce años transcurrieron 
ante su ventanal algunas cosas/ desfiles y redadas/ fugas estudiantiles/ muchedumbres/ /puños rabiosos/ y gases de lágrimas/ provocaciones/ tiros lejos/ festejos oficiales/ banderas clandestinas/ vivas recuperados/después de doce años/ mi madre sigue en su ventana/ mirando la avenida/ 
o acaso no la mira/ sólo repasa sus adentros/ no sé si de reojo o de hito en hito/ sin pestañear siquiera/ páginas sepias de obsesiones/ con un padrastro que le hacía 
enderezar clavos y clavos/ o con mi abuela la francesa 
que destilaba sortilegios/ o con su hermano el insociable/ 
que nunca quiso trabajar/ tanto rodeos me imagino/ cuando fue jefa en una tienda/ cuando hizo ropa para niños/ 
y unos conejos de colores/ que todo el mundo le elogiaba/mi hermano enfermo o yo con tifus/ mi padre bueno y derrotado 
por tres o cuatro embustes/ pero sonriente y luminoso/ cuando la fuente era de ñoquis/ ella repasa sus adentros 
ochenta y siete años de grises/sigue pensando distraída/ 
y algún acento de ternura/ 
se le ha escapado como un hilo/ que se le ha escapado como un hilo/ que no se encuentra con su aguja/ cómo quisiera comprenderla/ cuando la veo igual que antes/ desperdiciando la avenida/ pero a esta altura qué otra cosa/ 
puedo hacer yo que divertirla/ con cuentos ciertos o inventados/ comprarle una nueva tele/o alcanzarle su bastón 

Palabras a mi Madre 
Alfonsina Storni 
No las grandes verdades yo te pregunto, que 
No las contestarías; solamente investigo 
Sí, cuando me gestaste, fue la luna testigo, 
Por los oscuros patios en flor, paseándose. 
Y sí , cuando en tu seno de fervores latinos, 
Yo escuchando dormía, un ronco mar sonoro 
Te adormeció las noches, y miraste en el oro 
Del crepúsculo, hundirse los pájaros marinos. 
Porque mi alma es toda fantástica, viajera 
Y la envuelve una nube de locura ligera 
Cuando la luna nueva sube al cielo azulino. 
Y gusta si el mar abre sus fuertes pebeteros. 
Arrullada en un claro cantar de marineros 
Mirar las grandes aves que pasan sin destino. 
Alfonsina Storni 
Ocre (1925) 
MADRE MIA 
Madre, madre, tu me besas, /pero yo te beso mas. 
Como el agua en los cristales,/ caen mis besos en tu faz... 
Te he besado tanto, tanto/ que de mí cubierta estás 
y el enjambre de mis besos/ no te deja ni mirar... 
Si la abeja se entra al lirio,/ no se siente su aletear: 
Cuando tú, a tu hijito escondes/ no se le oye el respirar... 
Yo te miro, yo te miro/ sin cansarme de mirar, 
y que lindo niño veo/ a tus ojos asomar... 
el estanque copia todo/ lo que tu mirando estás; 
Pero tú en los ojos copias/ a tu niño y nada más. 
Los ojitos que me diste/ yo los tengo que gastar 
en seguirte por los valles,/por el cielo y por el mar... 
Gabriela Mistral 
CARICIAS 
Madrecita mia,/madrecita tierna, 
dejame decirte/dulzuras extremas. 
Es tuyo mi cuerpo/que juntaste en ramo 
deja revolverlo/sobre tu regazo.. 
Juega tu a ser hoja/y yo a ser rocio, 
y en tus brazos locos/tenme suspendido.. 
Madrecita mia,/todito mi mundo, 
dejame decirte/los cariños sumos... 
Gabriela Mistral 
LA MADRE TRISTE 
Duerme, duerme, dueño mío,/sin zozobra, sin temor, 
aunque no se duerma mi alma,/aunque no descanse yo. 
Duerme, duerme y en la noche/seas tú menos rumor 
que la hoja de la hierba,/que la seda del vellón. 
Duerma en ti la carne mía,/mi zozobra, mi temblor. 
En ti ciérrense mis ojos:/¡duerma en ti mi corazón! 
Gabriela Mistral